Blogia
Vivir_para_Ver

Sin respuesta.

De pequeño enseñaron a Mario a ser educado. A decir por favor, gracias y por encima de todo unos buenos días y buenas noches. Le contaron que con esas palabras tan simples demostraría cada día su personalidad y sus sentimientos de deseo hacía los demás.
Mario, como buen hijo que era, aprendió bien la lección y no había día que por ejemplo no se fuera a la cama sin desear unas buenas noches a su papá, mamá, a sus hermanos y a todo el mundo con ese buenas noches mundo que tanto le caracterizaba.
A Mario le fascinada que con esas palabras claves, como decía él, salieran voces de todas partes que le decían buenas noches Mario, buenas noches pequeñín, que descanses cariño... Era impresionante, pero nunca se cuestionó ¿Cómo sabía la gente que tenía que decir algo? ¿Por qué no había nadie que no me contestará? Simplemente, esos segundos antes de acostarse eran mágicos y inolvidables para ese pequeño niño del mundo.
Pero los años pasaron y para Mario esas palabras mágicas iban perdiendo esa magia que de pequeño las acompañaba.
Le era difícil seguir deseando a todo el mundo buenos días, buenas noches cuando el mundo, no le respondía con el mismo entusiasmo. Mario pasó a preguntarse cada noche que había hecho mal, no me pueden oír? están tan ocupados que no me pueden responder? ...
En la actualidad..., Mario, ese niño grande que todos llevamos dentro, no ha perdido la esperanza y hoy os desea unas BUENAS NOCHES MUNDO, pero con una diferencia: le habéis enseñado a vivir sin una respuesta.

0 comentarios